Teorías

Esta teoría sostiene que El Enmascarado forma parte de un complejo sistema de selección llevado a cabo por una organización secreta dedicada al reclutamiento de individuos con habilidades mentales o espirituales excepcionales. Según esta hipótesis, el enmascarado sigue a personas que han demostrado, de manera consciente o no, cierto potencial único. La aparición funcionaría como una prueba inicial de sensibilidad mística o percepción psíquica, previa a un contacto más directo o a una siguiente etapa dentro del supuesto proceso de reclutamiento. 

De acuerdo con esta teoría, El Enmascarado no es una figura espontánea ni simbólica, sino una proyección diseñada y controlada por una red internacional con intereses desconocidos. Algunos defensores de esta idea afirman que mediante tecnología avanzada (como neuroestimulación remota o inteligencia artificial aplicada al subconsciente), se ha conseguido insertar la imagen de El Enmascarado en diferentes puntos del globo terraqueo para estudiar, manipular o preparar psicológicamente a la población mundial ante un evento aún no revelado. Esta teoría suele estar acompañada de sospechas sobre la participación de gobiernos, corporaciones tecnológicas o agencias no identificadas. 

Plantea que El Enmascarado es una figura central dentro de una secta de carácter ocultista o satánico, cuyas prácticas están orientadas a invocar energías a través del plano terrenal. La aparición repetida de El Enmascarado en sueños sería un ritual colectivo inducido, diseñado para debilitar las barreras mentales del seleccionado e introducirlo, voluntaria o involuntariamente, a las creencias y prácticas del culto. Algunos testimonios aseguran haber experimentado visiones, cánticos o alucinaciones en presencia de El Enmascarado, lo que alimenta aún más las sospechas sobre una red organizada con fines esotéricos. 

Según esta interpretación de corte espiritual, el enmascarado sería el espíritu de una persona que falleció en circunstancias traumáticas y cuya alma no ha logrado alcanzar la paz. Su presencia en los sueños se entendería como una forma de manifestación inter dimensional, a través de la cual intenta comunicarse, pedir ayuda o advertir sobre algún peligro. La máscara simbolizaría la imposibilidad de mostrar su verdadero rostro o de revelar completamente su historia. En esta visión, cada aparición del enmascarado en sueños sería una súplica silenciosa desde el más allá.

Esta teoría sostiene que El Enmascarado es un individuo proveniente del futuro, enviado o autoexiliado a nuestra época con un propósito aún no revelado. Su comportamiento estático, su silencio absoluto y su constante vigilancia serían parte de una misión de observación histórica o prevención de eventos clave. Algunos teóricos argumentan que su presencia en múltiples lugares del mundo sin una lógica aparente responde a saltos temporales específicos, programados con precisión. La máscara serviría para proteger su identidad y evitar alteraciones en la línea temporal. 

Desde una perspectiva espiritual, hay quienes afirman que El Enmascarado es una manifestación directa de lo divino: una entidad enviada por Dios para observar la conducta humana, evaluar nuestro estado moral o provocar reflexión. Su silencio sería intencional, pues no ha venido a hablar, sino a generar incomodidad, misterio y cuestionamiento existencial. La máscara, en este caso, representaría lo incognoscible de la divinidad, ese rostro que no puede ni debe ser visto.